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59 Entonces dejaron que Rebeca y la mujer que siempre la había cuidado se fueran con el siervo de Abraham y sus hombres. 60 La familia de Rebeca la bendijo de esta manera:

«Hermana nuestra,
    ¡que seas madre de millones!
¡Que tus descendientes conquisten
    las ciudades de sus enemigos!»

61 Entonces Rebeca y sus siervas se levantaron, se montaron en los camellos y siguieron al hombre. Así que el siervo tomó a Rebeca y se fue.

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